ACCIÓN TUTORIAL Y PREVENCIÓN DE CONFLICTOS (LO QUE VIVÍ EN PRIMERA Y EN TERCERA PERSONA)
¡¡PERO MUY BUENAS MIS QUERIDOS PROFESORES Y PROFESORAS!! ¡¡SÍ, SÍ, SÍ, YA ESTAMOS AQUÍ; BIEN, BIEN, BIEN, OS SACARÉIS UN 10!!
Continuamos con una nueva entrada en la que me sinceraré con todos vosotros y vosotras de una manera muy abierta. Varios de vosotros ya lo sabéis, pero otra gente quizá no lo sepa. No es algo que se nos haya ocurrido en la clase de acción tutorial y prevención de conflictos, sino que es algo que me ocurrió a mi y lo viví en primera y en tercera persona.Como todos sabéis yo fui al instituto IES Juana I de Castilla en Tordesillas, pero os diré una cosa: si me preguntaran si quisiera volver hacia atrás y volver a adquirir el rol alumno, mi respuesta sería sin dudar: ¡¡NO!! La justificación de la respuesta es muy sencilla. Desde primero de la ESO sufrí lo que podríamos llamar bullying, compañeros míos que me intentaban hacer la vida imposible no solo de manera psicológica, sino también de manera física. Nunca se me olvidarán dos casos que viví en el instituto: el primero cuando me pegaron un puñetazo, tal cual, sin yo provocarlo ni quererlo, se me acercó un chico al que me tenía mucha tirria, no se por qué, pero sin comerlo ni beberlo me zurró un puñetazo. Lo fui a denunciar a jefatura de estudios y me dijeron que no era competencia suya abrir partes para nada (pero qué gracioso que otro día pillaron a una chica comiendo chicle y la abrieron un parte); total, que yo consideré en aquel entonces que el sistema educativo estaba en la mierda total. El segundo caso que viví fue en educación física, cuando terminábamos las sesiones de entrenamiento, nos teníamos que cambiar de camiseta, y sí, yo llevé la camiseta de la selección española que no hacía mucho me regalaron, y la tenía mucho aprecio porque fue un detalle muy bonito. Pero cuando llegamos al aula y yo tuve que ir al servicio antes de que empezara la siguiente clase reviso mi mochila (que es donde guardaba una bolsa con mi camiseta) y la bolsa no estaba. Ya harto de todo esto, me volví a quejar a jefatura y, ¡¡SORPRESA!! No volvieron a hacer nada. Cansado ya de que me dijeran que no era su competencia subsanar ese tipo de conflictos, denuncié la situación a mis padres contando todo lo que me pasaba y mis padres fueron a hablar con jefatura de estudios. Al jefe de estudios, al que le llamaban Mil-House (como el simpson con el pelo azulado), le dijeron mis padres, entre otras palabras que por favor pusieran un poco más de orden en las aulas; a lo que el jefe de estudios le dijo: ¡¡a ver si os pensáis que esto es una cárcel de mala muerte!! A lo que mi padre, harto de vilipendios por parte de la figura del jefe de estudios dijo: esto no es una cárcel, pero tenéis a ladrones y a agresores dentro del instituto. Total, que los acosos verbales y físicos continuaron hasta cuarto de la ESO, hasta que llegó una profesora de matemáticas en este último curso de la ESO, María (que en paz descanse), la que les propuso a esos agresores la apertura de un expediente disciplinario si hubieran vuelto a atentar contra mi persona. Desde entonces, ya no volvió a acaecer bullying contra mi persona.
A día de hoy, el 90% de la gente que me hacía "la vida imposible" se está dedicando a mundos extravagantes (drogas, alcoholismo, etc.), mientras que el 9% está haciendo o ha hecho un grado medio de lo que sea. El 1% es un chaval que hizo económicas en la UVa que ya concluyó la carrera.
Ya sabéis compañeros y compañeras. Si en la Universidad o en el mundo exterior, en el trabajo o donde sea veis o apreciáis una situación de bullying, ¡¡no os calléis!! ¡¡DENUNCIADLO!!
Con estos datos tan emotivos y pareciendo que son ficticios, pero en realidad, lo viví en primera y en tercera persona, cerramos la entrada en 3,2,1,... ¡¡NOS VEMOS EN CLASE Y EN UNA PRÓXIMA ENTRADA (QUE YA NO QUEDAN MUCHAS)!!
Comentarios
Publicar un comentario